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Más iguales que diferentes

  • gabrielagarzaservin@gmail.com
  • 3 nov 2013
  • 2 Min. de lectura

Con el pretexto de descubrirnos imaginando el interior más próximo, nos pusimos a pintar esqueletos en posturas divertidas, entre un surtido grupo de personas de 5 años, se manifiestan sorpresas de alto valor cuando surgen "las conclusiones", y fue en un tono de absoluta certeza, cuando Santiago dijo: - "Ah!! ya entiendo, entonces por dentro ¡TODOS SOMOS IGUALES!- lo cual me hizo pronunciar un emocionado y afirmante ¡exacto! Podría asegurar que esa conclusión a la que había llegado, no sólo se reducía a la colección de huesos con la que contamos.

En reciente curso budista se me quedó muy grabado el comentario de que algunos (muy pocos), monjes, profundizan en ciertas meditaciones, alcanzando en ocasiones estados de conciencia donde pueden percibir los cuerpos de las personas a su alrededor sólo como esqueletos, me pareció una extraordinaria virtud, quitar el distractorio empaque a los seres por completo y es que ¡claro! con la “cáscara” fuera, no hay modo de tratar bien o más bien o menos mal al que nos parece más o mejor. Tendríamos un sano equilibrio en cuanto a nuestra convivencia con los demás, además de una exacta ubicación de quiénes somos, ni más ni menos.

Al iniciar una de las conferencias del Dalai Lama en su reciente visita a nuestro país, lo primero en que hizo puntual énfasis, fue en remarcar que él es un ser humano igual a cualquiera de nosotros, con las mismas necesidades físicas, mentales y espirituales, como podemos darnos cuenta, es su destino y su admirable convicción a seguirlo lo que lo diferencia.

Durante la plática, se acercó una señora lo más posible y le hizo llegar un papel, él, atento a la situación, pidió le tradujeran y dijo: -“Me piden que rece por una niña enferma, yo haré una invocación con la mejor intención, sin embargo esto no significa que la niña se cure, pues cada vida tiene un proceso”-. Escuchar esto en lo personal, ha sido de lo más gratificante, pues lo ubicaba nuevamente en una situación parcial, en una postura real y congruente.En la charla se prestó el momento a preguntas y cuando de algún modo se le planteó qué sucedería cuando él ya no estuviera, elegantemente, sin entrar en controversiales situaciones políticas que intuimos, respondió con la gracia, gran sencillez y risa que le caracterizan, haciendo hincapié en que lo momentáneo, lo impermanente, lo pasajero que es en realidad todo, añadiendo que además, él considera que estamos en un punto en el que tenemos mayor claridad en la manera de conducirnos. Asegura que el mundo es mucho mejor ahora que antes, el cual está en la búsqueda de caminos hacia la transición, independientemente de cualquier religión que practiquemos, por lo que remarcó que ya es momento de asumir la fuerza de los valores interiores y enfocarse en la higiene física y emocional que a todos nos hace mucha falta.

Posdata: Sería interesante lograr enfocarnos en recuperar ese entendimiento de igualdad, de unidad y que lo que nos diferencié fuera la trascendencia de nuestro hacer.

 
 
 

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